Ciclos y truenos
Ya pasaron 9 meses lo que me hace pensar en un embarazo y, por lo tanto, en los ciclos. Me cuesta creer que han pasado 9 meses y al parecer lo único que di a luz fue la vesícula que me la extirparon la semana pasada. No se trata entonces de un embarazo como tal sino de lo que en el fondo es un embarazo, un ciclo. En mi vacaciones me he dado cuenta de eso, de cómo lo que sucedió el año pasado (4 muertes) fueron los marcadores de un punto de inflexión para los cambios que se han estado generando en mi vida fueron al fin al cabo, el resultado de algo que se venía gestando desde hacía mucho tiempo. Claro, mi año pasado fue trágico era más bien lógico que mi vida cambiara un tanto. Sin embargo, mis estancia en Bogotá me ha mostrado de una manera un poco más clara, transparente como el agua, que siempre hay una gran variedad de ciclos en la vida, que se abren y se cierran, todo el tiempo. Un movimiento constante, como el del agua. Estuve viendo fotos de mis 27 años de vida y,