Los caminos de la vida
Las palabras son hoy mi puente con la realidad. Palabras escritas más que habladas porque la soledad se ha ido acentuando, como si las personas se escurriera de mis manos, tal como se escapa el agua al intentar atraparla. Bueno, lo que pasa no es que se escapen entre los dedos, me he dado cuenta que yo misma he cerrado el grifo, y en ese sentido me he cerrado a las personas. Con cada dificultad, obstáculo o malentendido cierro el grifo, como si con eso interara evitar todo lo malo. Como si con eso pudiera no sufrir ante el sufrimiento de las rupturas de cada día . Después de mi última crisis, que se puede leer en mi entrada anterior, me he vuelto a parar, como siempre lo hago ante cada caída. Me he esforzado por hacer las cosas no bien, sino diferentes, por abrirme a puertas del entendimiento que la racionalidad occidental no alcanza. La justicia, la vida, la muerte y hasta el amor son cuestiones que no se pueden entender por completo desde la mera razón, pues si es así que